En Zona

miércoles, 17 de abril de 2013

El baile de los tiempos

Es raro, terrible y llama la atención. Las respuestas y las preguntas, aguardan y sin embargo mueren personas en el intento.
Lo extraño o no, es que siempre los muertos los ponemos nosotros. Los fascistas jamás.
Duele Venezuela, pero por cuestiones previsibles.
Una venezola al lado mío, que me espía por sobre el hombro, me detiene. Es que a Capriles le han robado, dice indignada en este Madrid al borde del estallido.
La miro.
Le digo que el año pasado, Capriles el canditado de la derecha, ganó con el mismo sistema de votación y por muy poco al chavismo en Miranda y nadie dijo nada.
Me mira, se enoja, se va murmurando algo sobre los ches y los comunistas.
Sigo.
Capriles perdió, el chavismo también pero menos.
Lo cierto es que los muertos vienen de este lado.
Salieron a perseguir a los médicos cubanos que trabajan en los asentamientos. quemaron sedes del partido del comandante. Salieron con armas de fuego a marcar el terreno. Piden el recuento de votos, pero Capriles sabe, que perdió, por eso ya no pide tanto. Se calla, porque sabe, que perdió.
Digo.
algunos estúpidos han comenzado a pedir el juicio político de la presidenta Cristina Fernández. Mejor dicho estos asesinos en potencia quieren el golpe de estado. Quieren desalojar gobiernos democráticos a punta de pistola, con marchas militares y jueves amigos.
Insisten. Se demudan, convocan marchitas muertas de muerte prematura. Tienen odio.
Entre ellos y nosotros, hay dos cuestiones diferentes. La estética, que ellos viven en contra de nosotros. Los negritos, los enojados, los que metemos las patas en la fuente y la ética, que es nuestra y que desde ahí conformamos una opción política superadora. Ellos, allá con su estética y nosotros acá con nuestra ética. Esa es una de las patas de la lucha.
Vuelvo.
Los que asesinaron en Venezuela, son los mismos que quieren ser asesinos a sueldo del futuro gobierno apoyado por los yanquis y por el gobierno de su majestad borbónica.
A quienes les cuesta decirlo, pero quieren un gobierno como el de ellos, que respetan las vidas humanas, los bienes, la libertad y la paz, cuando todo eso es de ellos y no de nosotros. Lo dicho siempre los meurtos los ponemos nosotros y esto, es todo un tema.
Ganó Maduro, por poco, pero ganó. El proyecto, ya se oye, por ahí, debe rectificar y modificarse. Son las voces de esos supuestos apoyos críticos que reciben siempre los gobiernos populares, pero que al calor de las noches, suelen cambiar de vereda y transmutarse en opositores de acuerdo al paso del sol y sus calorcitos.
Pienso.
La justicia civil es para los ricos, la justicia penal es siempre para los pobres. Ahí radica la cuestión a discutir, a pensar. La justicia nunca es independiente, siempre está subordinada a los intereses del gran capital. Por eso el pobrerío llena prisiones, porque son peligrosos. Los pobres no ponen cautelares ni utilizan chicanas para no ir a prisión. simplemente van.
Algunos amigos españoles, desconocedores, hablan de dictaduras en Latinoamérica. No saben del peso sangriento de las dictaduras y sus acólitos mercenarios.
Se llenan la boca con la palabra democracia, palabra muerta hace tiempo.
Mienten amamantados por los medios de comunicación. Se quejan y siguen con su rutina. Venezuela como el resto de los países, están muy alejados de los gobiernos de facto. Solo son otras experiencia políticas, que han permitido un cambio de políticas.
Radicalizan los perdedores. Salen armados a vengar lo que sea necesario, para salvaguardar a su líder. Ellos, que cuando las cosas les sonríen prometen y no cumplen. Eso es tan antigüo como la muerte, como la injusticia.
Duelen los caídos en Caracas. Duele el silencio de iglesias y foros internacionales. Callan, porque saben que se viene el tiempo de la venganza.
Marchan en silencio los futuros hacedores de viudas y huérfanos. Esperan.
De este lado, habrá que comenzar con la tarea. Escribimos en las paredes LOMJE, y ellos saben como nosotros, que todo se dirime de una forma.
Si la paz no es posible, habrá que luchar para conseguir la paz.
Hasta siempre...
LOMJE: Libres o Muertos, Jamás Esclavos.

viernes, 12 de abril de 2013

Postales de Madrid

Ya he perdido la cuenta de cuantas postales de esta ciudad, elegida como telón de fondo, he escrito desde que estoy en esto de recopilar palabras y sensaciones. Perdí la cuenta, porque en realidad no soy demasiado exigente conmigo mismo. Iba siendo hora.
Pero Madrid está ahi, detrás, dentro mío como esa parte de uno, que en mi caso conforman dos países diferentes pero iguales, unido por mí, en una búsqueda permanente no ya de revoluciones, sino de uno mismo.
Y asó, llegó esta primavera tímida. Salió el sol después de semanas y cambia. Como cambiamos todos cuando la luz, a la extrañábamos, hace su aparición.
Entonces florecen los primeros árboles, se agita un poco la mirada y la palabra descansa sobre la palabra por fin. Se juega otra instancia de ese encuentro de la vida y uno mejora un poco su aspecto, se afeita. Mira por la ventana y como es Madrid, las alergías comienzan su derrotero hasta el próximo otoño.
Pero falta.
El frío comienza a retroceder y los escotes de las madrileñas comienzan a florecer también, algo que no sucede en mi otra ciudad, pero que también tiene lo suyo. Los días se hacen más largos, y eso también comienza a notarse en el ánimo social de los habitantes de esta ciudad amable.
Siguen los problemas, se acumulan broncas y a pesar de ello, uno presiente, yo presiento, en medio de este decorado magnífico que me sigue las huellas, que uno mantiene la decisión de seguir en contra de aquellos, que insisten en afearle la vida al otro.
Digo.
Los políticos de este país, esa runfla de estúpidos elegidos democráticamente, tienen miedo a los escraches. Invento argentino si los hay. Con los escraches íbamos a buscar a los asesinos a sus casas, a los ladrones y a los vendepatrias. No nos importaba ni la polícia ni la democracia.
Por aquí los fascistas del poder, llaman fascistas a los escrachadores. Invierten la carga. Son hábiles los políticos españoles en facturar esloganes (no se si existe esta palabra), así gobiernan este país desde la época de la culona (así lo llamó el fascista Queipo del Llano a Francisquito ¿el motivo? desconocido). Entonces se alían socialistas y fascistas en la defensa a ultranza de sus privilegios. No quieren al pueblo en las calles, haciendo democracia, señalando sus posesiones ni sitiando sus costosos desplazamientos.
Entonces.
Entonces los que pierden todo, se movilizan y educadamente protestan frente a la vivienda del elegido. La justicia quiere meterlos a todos presos y la policía, como siempre se muere por utilizar sus democráticas porras en contra de todo lo que se mueva alrededor.
Así van las cuestiones en este territorio.
En el otro las cosas, por lo que se, van también con las suyas.
Pienso.
 La situación siempre parece en constante movimiento. Tenue, sesgados, subterráneo. Parece todo quieto, larvado y sin embargo se mueve. La conciencia es un elemento a tener en cuenta para la construcción de un futuro mejor, los elementos son los que nos entregan los dominadores y depredadores que hoy gobiernan esta parte del mundo. Es cuestión de esperar, nada más.
Llegó la primavera y sigo leyendo como si el mundo estuviese en vías de extinción.
Benoit Peeters edita en español la biografía de uno de los más grandes filósofos del siglo pasado. "Derrida". EL único de toda esa camada de pensadores, casi ignorado por la academia acartonada de Francia. el joven que desde sus orígenes argelinos, llegó a desplazar todo a su paso a fuerza de talento. Jacques Derrida, el deconstructor revisa la filosofía desde la misma palabra. Tuvo una vida de pelea con los académicos y resultó ser el filósofo más leído de la historia del siglo pasado. Amigo de unos y enemistado con otros, proyecta hasta nuestros días una sombra de pensamiento, difícil e inexplicable, que logró ser explicado y avanzar en ese trayecto de pensamiento, que sige siendo imbatible todavía hoy a nueve años de su muerte.
Peeters, recorre sus obras, sus diversas correspondencias, las historias narradas por amigos y cuasi amigos. Sus artículos y su inquietudes.
Obra esencial para entender el costado humano de Jacques Derrida, inmerso en un mundo que le era si no del todo hóstil, indiferente a su trabajo.
A través de este libro, volví a pensar en él. A buscar algunos de sus trabajos y a pensar como decía él, sobre la palabra y la relación íntima y mortal que tiene con nuestro actos. En determinado momento, Derrida navegó entre el marxismo, el psioanálisis y la filosofía y desde allí construyo, valga la paradója, una obra esencial para tratar de entender la singularidad de este mundo que habitamos.
Cambio.
Viernes por la tarde. el locutorio está vacío. Los visitantes, somos todos de otros continentes.Pero hoy, parece que han decidido darle descanso a las familias que viven del otro lado del mar. Estoy solo, la chica detrás del mostrador escucha a Stevie Wonder y su "Solo llamé para decirte que te amo". Tararea y que me importa que el mundo siga girando.
Viernes de primavera, el primero con colores. Una gracia más.
Entre la música que me rodea también siempre y afortunadamente, figura una de esas joyitas que acaba de aparecer.
El último disco del duque blanco. David Bowie, después de diez años vuelve a decirnos que está vivo, "The Next Day" es un trabajo que lo acerca a etapas intermedias de su carrera, pero que no lo retrotrae, sino que recuerda cosas del pasado para cantarle al presente. Ya desde la tapa del disco hay una clara señal. Una tapa del disco "Heroes" de los setenta con un parche blanco sobre ella y el nombre de este trabajo. Trabajo número veinticuatro de su carrera. Producido por Visconti y él, casi en secreto, acompañado por el grupo canadiense Metric. De alguna manera es una especie de desconcertante cerrojo en torno de su propio mito. No en vano Bowie eligió la fecha de su cumpleaños número 66 para editarlo y desmostrarle al mundo, de lo que todavía es capaz este músico extraordinario y vital.
Un disco pleno de desafíos, que encuentra a David Bowie, diez años después de "Reality" su último trabajo en un momento notable. Buen disco para desentrañar un poco más el curso que sigue llevando la música en esa búsqueda permanente, en ese camino que sobrepasa casi siempre la mediocridad ambiente que nos rodea.
Vuelvo.
Madrid ya tiene color, comienzan a apagarse estufas y calefacciones varias. Comienzan los cuerpos de a poco a desnudarse por las noches para dormir mejor. De a poco, el frío será memoria y pasado. Mientras tanto yo paseo mi mirada por este paisaje que me sigue, este escenario que me conmueve por sus colores y sus olores.
Sigo viéndome mirar y a veces me disfruto.
Que no sea nada...

miércoles, 10 de abril de 2013

La palabra detenida





Escucho a Caetano Veloso en esta ventisca que insisten en llamar primavera en este territorio que se llama España. Arropado por bufandas y descubriendo con alegría a este tipo que a los setenta años, decidió darle un nuevo rumbo a su vida.
Acompañado por un trío eléctrico y producido por su hijo, Caetano redescubre sonidos que lo transparentan todavía más.
Y lo logra.
Asume riesgos, como desde los inicios y vuelve a hacernos coincidir con su mapa privado, nos vuelve a incitar a tratar de encontrarnos y tratar de encontrar ese vértice de los tiempos que nos tocan vivir.
Su música suena de fondo, es nuestra música que cabalga con nosotros.
Pero, también está su poesía. El trabajo se llama "Abraçaço", algo así como una necesidad de plasmar otras variantes a esto de vivir en un mundo cada vez más congestionado, más difícil y tanto más incierto.
Es cierto. Necesitamos músicas y palabras para sobrevivir en esta devaluación perpetua que significa vivir en estos temblores desesperanzadores y vertiginosos.
Y ahí está Veloso, como cuando la Tropicalía, o su exilio y sus discos, que fueron construyendo un panorama sonoro. De pronto, Caetano rescata canciones que escuchaba en su niñez, cuando el mundo era más grande y a lo mejor, más interesante. Entonces hace un disco en los noventa en donde recreaba canciones. boleros, tangos y esas músicas que formaron su gusto por la música.
Creo no equivocarme, pero debe haber sido el disco más vendido en su historia. Con "Fina Estampa" del año 1994, y su versión en vivo Caetano se arrimó a un continente nuevo.
Digo.
La música es una correa de transmisión perfecta. Es un síntoma de ese milagro que suena y suena, marcando nuestros recuerdos a fuego. Acotándolos al accidente de un sonido que nos hace rememorar, que nos detiene un segundo en un vistazo de nuestras vidas pasada y todavía no conjuradas.
Está ahí, nos pone esa banda de sonido a nuestras edades, segundos apenas de una vida.
Desde siempre, traté de comprender. Carezco del más absoluto de los llamados oídos musicales. Sin embargo, superando ese tropiezo con una disciplina, logré que me venciera la pereza, sin dejar de escuchar música tercamente para tratar de aprender.
Tanto querer matar al padre, al final terminé disfrutando la música a como diese lugar.
Digo.
Hace ya muchos años que me deslumbro con la poesía. Y con Paul Celan en particular. El mejor poeta del siglo veinte de habla alemana. Sobreviviente de un campo de exterminio nazi, se radicó en París y allí se suicidó arrojándose al Sena en 1970.
Hace mucho una mujer me regaló dos de sus libros, "Amapola y Memoria" y "De Umbral en Umbral", libros que había extraviado. Gracias a ella, volvieron a mi y recuperaron su lugar entre mis libros. Todavía los arrastro conmigo de mudanza en mudanza. De tanto en tanto vuelvo a releerlos y a descubrir la emoción perfecta por la palabra detenida, que se mueve dentro mío.
"Tiempo del corazón" es una recopilación de cartas entre dos personas que se aman, que los une la pasión por la poesía. Un diálogo íntimo, apasionado y desgarrador. También están los desencuentros y el silencio. Es un diálogo de un amor después de Auschwitz, de personas que quedaron en situación de soledad y alarma. Ella, Ingeborg Bachmann también era poeta, poco reconocida fuera de Alemania y Austria, sin embargo ella es otra de las grandes voces de la poesía.
Entre ambos, esta historia duró quince años. Intensos y desesperados.
Leer la correspondencia entre ambos, lleva ineludiblemente a leer los libros de poesía de Celan que irrumpieron en esos años.
Ahí está el silencio y las tormentas de Celan dibujando sobre el cielo de París ese momento de su vida que quedó de forma desgarradora en su obra. Taciturno, solitario, fue profesor de alemán en una ciudad, que lo recuperó después de muerto.
Pero ya se sabe con los franceses.
Pienso.
No hay nada más apartado del mundo que una persona leyendo un libro. Es una especie de recinto que lo aleja del exterior, que lo somete a la palabra y que configura esa distancia. Solitario. ¿Solitario? No creo. Aparte. Sujeto por la acción de leer. Un hombre detenido mientras lee.
La acción trastocada, el movimiento leve y la abstracción, someten al otro, a esa especie de inquitud por lo que ese otro está haciendo.
Rito y descubrimiento. Una persona leyendo a distancia del resto.
Ahora que han estrenado la versión pobre de "Anna Karenina" de Liev Tolstói, vuelvo a algo dicho en alguna oportunidad. Me reitero.
La novela es una novela sobre la lectura de novelas. Y el mal que esto siempre acarrea, por algo además de quemar personas, las sectas, suelen quemar libros.
Vuelvo a este libro. Leer la correspondencia de otros, siempre tiene algo de espionaje. Asomarse al secreto de otros, insume asomarse a un mundo privado, vivo y ajeno.
Pero, venciendo prejuicios absurdos, este libro es un documento inalterable sobre el amor después del fin de mundo.
Esto ha sido todo muchachos... por ahora

lunes, 8 de abril de 2013

De que hablamos siempre

En un momento, en donde todo es desgracia para unos, uno, yo, preciso hablar de ese país, lejano, mío y doloroso.
Voy a hablar de ese dolor marrón, que recorrió de forma voraz durante dos días buena parte de la geografía y del dolor de personas que nada saben de cambio climático, de capas de ozono y que si saben mucho, pero mucho de injusticias, de marginamiento y de castigos sociales casi ejemplares.
Se perdieron vidas y ante este hecho, uno debe manejar la bronca. Se perdieron bienes, pero perdieron bienes como siempre los que menos tienen y uno debe manejar la bronca.
Deje pasar una semana, para recordar el miedo que uno siente, cuando el agua le lame las piernas a las personas en medio de la noche. Uno debe manejar la bronca y recapitular.
Por ejemplo, las inundaciones se repiten desde los inicios de este país mío. También uno debe recordar que nadie es amante social del sufrimiento, a lo mejor en privado a algunos les gusta. Pero socialmente no. Entonces las gorditas opinadoras, dicen que el pobrerío ama instalarse a la vera de arroyos, ríos y bañados. ¿Por qué? ¿Viven de la pesca en ríos contaminados? ¿Son cazadores furtivos? ¿Indomables castas insometidas a las tretas de la conquista?
O será, digo y pienso con bronca y dolor, los sitios asignados a los pobres de toda razón. Aquellos lugares que no pueden ser loteados a precios de París o Madrid. Esos reservorios de gente fea que sin duda habrá de morir tarde o temprano y lejos de la vista de esa otra gente, elegida por dioses y sus esclavos.
Entonces.
Vino el agua del cielo y arrasó. volvió a poner en práctica el dolor y la angustia y el miedo. Volvió a lo de siempre, a demostrar que lo que siempre ocurre es por culpa de los mismos de siempre y los que pagan las consecuencias, con sus pocos bienes, con su vida son aquellos que no son individualizados por nadie.
Deben salir con sus bultos, sintiendo esa lengua fría que trepa desde las plantas de los pies hasta lo recóndito de la conciencia. Y se instala allí. Se queda hasta que se convierte en dureza, junto a otras durezas en el rinconcito elegido de la memoria.
Salen de sus casas, dejando cosas detrás. Se pierden en las profundidades y se convierten sin que ellos quieran, en cifras.
Otra vez a cuesta con la miseria a recorrer alucinados un sitio más alto para pasar la noche y tratar de volver cuando bajen las aguas a salvar lo poco que quede, antes que otros lo hagan.
¿Existe el cambio climático? Parece un chiste. Uno de esos chistes de pitucos.
Por ejemplo, una autopista en la desembocadura de arroyos y riachos mas que cambio climático a mí me suena a asesinato en masa. El agua no escurre, choca contra una pared y la inundación es un decreto.
Pero a lo mejor este hecho es en nuestra medida un dato mas, un hecho que se repite. Un centro comercial construido más alto que el barrio que tiene alrededor, bombea el agua de las lluvias a ese barrio, el barrio se inunda y los que siempre pierden vuelven a perder, lo vienen haciendo desde el año 1957, cuando la fusiladora, una dictadura de entonces amontonó al pobrerío de forma provisional en esa zona, después de otras inundaciones también salvajes y letales. Los amontonó ahí, para que nadie los viera demasiado y los olvidó allí. Y en ese barrio los "vecinos" del intendente lo llaman Villa Mitré.
La semana pasada volvieron a inundarse. ¿Casualidad?
No se puede hacer un análisis sin sentir bronca y dolor. Por lo menos yo no puedo. Pienso en esa recurrencia de ser todos iguales ante la ley o en el peor de los casos, ante los ojos de dios.
Digo.
Hablo de mi país. De mi gente, de aquellos que siempre pierden.
En doscientos años de rentismo fácil, poder sobre vidas y haciendas, de vaquitas gordas han causado en nuestra burguesía nacional una especie de síndrome del gordito llorón e inútil, especie de enfermedad crónica e irreversible. Son como las amantes de los poderosos, cuando el papi les corta la tarjeta o no las lleva a Miami, van a los medios para contar sus crisis y otras miserias.
Vuelvo.
Las tragedias ponen a lo inevitable en el sitio de lo que podría haberse evitado. No es que haga falta más estado, hace falta mucha más sociedad, porque lo que mata no es nunca el error, sino su madrecita que es la ignorancia y ahí vamos.
Sumando muertos y arrasando con el pobrerío.
Mientras tanto, mientras esto ocurre, los gorditos inútiles recurren a la televisión y a las radios y a los periódicos, para seguir contando sus crisis, criticando y denostando a aquellos que salieron a ayudar al resto. Pero ninguno de estos eunucos caminó sobre el barro o entre el barro. Ninguno se arremangó para ayudar al otro, al desposeído, al temeroso. Ninguno se subió a ningún bote para socorrer a los que estaban en el techo de sus casas, sitiados por la negrura del agua negra que los rodeaba. De estos, no ví a ninguno.
Si vi a la presidenta haciendo lo que tiene que hacer un político. Aguantar los insultos y tratar de acercar calma. Lo hizo sin custodias ni guardias de infantería. Con un par de botas para lluvia, ella, fue a su barrio, tal vez uno de los más golpeados y después fue al otro, a aquel que mencionaba antes.
Ella, por lo menos estuvo. Pero antes habían llegado los militantes políticos, los jóvenes, ayudando, tratando de auxiliar hasta la llegada del resto.
Me distraigo.
Cuando la presidenta bajó al barro, los gorditos cerraron el culo. Perdón por mi francés que no es demasiado académico.
 Mientras los otros estaban de vacaciones, fraguando fotos y esas cosas, comenzaron a hablar del cambio climático. La naturaleza como la gran responsable y ante la cual no se puede hacer nada. ¿Coartada? ¿Un nuevo eje para descargar responsabilidades?
Pero la pregunta es ¿Quién se hace cargo de los muertos? De estos muertos que dejó el agua una vez más. ¿Quién es el responsable de esto? ¿El estado? ¿Los gobernantes que permiten edificar en sus municipios impunemente? ¿Los empresarios que en su voracidad no aceptan limitaciones de ninguna índole a la hora de ganar millones a costa de la seguridad del resto? ¿Quién?
Los ríos tienen crecidas y bajantes. Hay temporadas de lluvias y hay temporadas de sequía. Los afluentes bajan y suben como siempre.
Pasan los gobiernos, los intendentes, vienen otros y la cosa seguirá como siempre. Los débiles perdiendo todo y los alcahuetes de siempre ganando.
Un país que no quiere ver a sus pobres,que los aleja de los centros luminosos de la patria. Un país que esconde su desigualdad debajo de la alfombra de las buenas costumbres. Un país racista que acabó con todo lo que no era de su color o su creencia. Un país, como decía un grande, vegetal en vías de petrificarse.
Un país que mata a sus mejores hijos y después les echa las culpas de sus propias muertes a esos hijos que querian un mundo mas justo. Un país entrañable y extraño.
Digo.
Hablar de cambio climático es un chiste. Es para reírse a carcajadas.
Pero las muertes lo hacen hoy imposible.
Seguramente habrá foros, juntas, reuniones. Grandes planes y demasiadas voces. Seguro que alguno habrá de recordar a Ameghino, cuando hablaba de los ríos de la meseta de Buenos Aires y decía, lo hago de memoria, que esa porción de tierra estaba cruzada por ciclos de unos cincuenta años más o menos, ciclos que alternaban fuertes temporadas de lluvias y grandes temporadas de secas.
No se si esto sirve.
Los muertos de estas inundaciones ya no nos escuchan.




martes, 2 de abril de 2013

Aspectos del peligro

Se hace interesante, como en un laboratorio, comprobar como todo muta. Los acusadores de ayer, son los mismos que ahora están sitiados por denuncias y escándalos. Porque el primer cómplice del peligro siempre es la casualidad.
Gobernantes que esgrimen el dedo, por lo general el índice de la mano derecha, mientras cruzan los dedos de la mano izquierda, siempre oculta detrás de la espalda.
Ahora el dueño de Galicia aparece en una fotografía con un narco gallego.
Mismo lugar de origen de este engendro llamado Partido Popular. De allí Franco, Fraga Iribarne, Rajoy y una larga lista de lúmpenes a sueldo y robo inusitada a para esta España, engañada por célebres políticos profesionales desde el mismo día de la muerte de paquito en una de las agonías más largas de la historia, solo superada por la de un papa de extrema derecha, que llevó también lo suyo, por algo este y aquel, son casi santitos de diversas devociones.
Digo.
Llovió en semana santa, como para enfriar ánimos y suplicios varios. Hoy sale el primer solcito de primavera y me voy al Retiro.
Salen los botes con atléticos enamorados. Puro músculo y seducción. Todavía se nubla, caen unas gotas con sol y al segundo, vuelve casi el mismo sol a su lugar.
Una vez un amigo, en un puente de París, mientras discurríamos sobre felicidades, erecciones y elecciones me preguntó de repente: - "¿Vos que harías si tenés una mujer de veinticinco años?".
Dejé pasar un momento, mientras el río serpenteaba con fuerza, lo miré y le respondí:" Yo, yo... me pongo a llorar nada más...". Seguimos caminando hablando de Perón, Maradona, jazz, el dulce de leche y el tango, hasta perdernos en la noche de esa ciudad demasiado conocida y demasiado parecida a otras hechas a su imagen y semejanza.
Sigo en El Retiro. Me deslumbra mirar los árboles hasta que mis ojos son árboles y maderas de pájaros, y sombras y olor, ese olor sagrado a tierra mojada.
Ahora que han prohibido la música dentro del parque, es casi extraño sentarse y respirar suave. Leer y estarse quieto.
Pienso.
Flaubert y Dostoiesvki, nacieron el mismo años en puntos diferentes de una Europa ya vieja y murieron con meses de diferencia. Uno fue elegido como el apóstol de la literatura moderna, el otro fue mirado como una rareza que la locura permite. Uno era el necesario para el panteón burgués de la literatura. El otro en cambio, construyó una obra sin fisuras, demodelora. Cuando se llega al nível de concepción narrativo de Dostoiesvki ya se es formalmente revolucionario.
Por eso como decía Borges, la mejor obra del francés fue su correspondencia.
Pero no es una polémica.
Es descubrir la realización de un mundo propio. En realidad Flaubert es un burgués con tiempo, que se dedica a la literatura, Dostoiesvki por haber nacido en Rusia es una especie de caso especial, que cuando escribe El Jugador, dicen, como una especie de catársis, dejó de jugar.
Me distraigo.
Recordar no es lo mismo que acordarse, por eso a veces me instalo en partes del recuerdo, para tratar de objetivar esa adjudicación que solemos hacer de nuestras lecturas.
Y ahí se produce un fenómeno que trasciende. Sobre la palabra, se descuelga nuestra intención de sabernos seducidos por esa palabra,  que nos dice y nos hace penetrar en esa alteridad que produce el texto.
Segundo tomo de los papeles de uno de los mejores escritores argentinos de los últimos tiempos. "Papeles de Trabajo II" de Juan José Saer. Papeles que abarcan sus trabajos desde su arribo a Francia en 1968 hasta su muerte en 2005. Anotaciones en libretas, cuadernos, papeles sueltos, unificados. El esqueleto de sus años más productivos. El andamiaje por donde discurrieron, tal vez, sus obras más potentes. Con Saer ocurrió, que la crítica argentina, lo desconoció hasta la apertura democrática. Allí, muchos descubrieron de pronto un escritor formidable, que nunca dejó de pensar en su país y que de hecho, inventó una ciudad al costado de un río ancho y torrentoso, de nombre incierto pero conocido. Además, toda su obra se encadena por momentos en el mismo grupo de amigos que recorren esa ciudad de punta a punta, o se reúnen en un bar o a comer agotadores asados eternos o a discutir o a contar lo que otro ha contado como una anécdota pura.
Obra tremenda, con puntos esenciales como: "Cicatrices"; "Nadie nada nunca"; "Glosa"; "Lo imborrable" y "La Grande" su última novela inconclusa que fundamentan esa biblioteca personal que uno lleva a rastras, que reconstruye una y otra vez ante cada mudanza o pérdida.
Entonces este libro es la trastienda de esa escritura formal, que sedujo a muchos en su momento y que sigue ejerciendo su tarea. Estos papeles, muestran la otra cara de un escritor que en silencio, construyó una muesca más en ese espacio creativo de un país muy lejano de todo.
Digo.
A veces la taba viene cambiada. La suerte es muy perra. Noticias, adioses sin tiempo. Arañas interiores que construyen ese final de todo. Preguntas sin respuesta, desiertos nocturnos de tristeza lenta. Lo endeble de esta vida a la orden del día. La mala noticia madrugadora, la angustia y la rabia respondiendo por igual en esa sórdida carrera aturdidora y loca.
Cambio.
Escucho en El Retiro, en ese pulmón madrileño, al Esbjörn Svensson Trio, grabado en vivo. tres músicos que suman, creo que ya lo he dicho en su momento, uno de esos especiales del jazz. Esbjörn murió en un accidente de buceo, cuando todavía era muy joven, postergando así una carrera dentro de la música más que prometedora.
El disco "Live in Hamburg", tiene la frescura de ese desenfado que los tres suecos comenzaron a darle a la música desde su fundación en 1990 y hasta el 2008, año del fin de esta historia. Notable disco, fuerte y lírico a la vez, alejado de ciertas concesiones que siempre suelen hacer a la industria. El trío suena con esa disposición permanente a la emoción, con guiños y pequeños homenajes perfectos.
En fin, la música sigue llenando esta parte de mi vida, desde siempre. Afortunadamente hay mucha buena música flotando a nuestro alrededor, derrotando tanto grito y tanto mal gusto.
De alguna forma, Madrid es una especie de tenue hogar, me guardan buenos amigos, que solo están ahí, donde debemos estar siempre los amigos para los amigos.
Por eso en esos diferentes aspectos que tiene el peligro, debemos ser conscientes de esa levedad que nos concierne y que nos hace, mientras descubrimos nuestras capacidades de resistencia y nuestros deseos más profundos.
En fin,compañeros, que no sea nada...