En Zona

martes, 5 de julio de 2016

Un lento perfume

Regreso. Siempre es bueno volver a pesar de todo.
Han cambiado muchos las cosas, hemos vuelto a a una tierra casi arrasada. Las palabras se desgajan y pierden significados. Estamos de nuevo de a pie, mirando profundo la desolación que se nos viene encima como una cobija, acaso como la noche.
Especulo con la fortaleza de la memoria. Con ese sitio cobijado en mi vida. Ahí, desde ahí anclo ciertas reservas.
Desde el llano, todo parece diferente. Luchamos y respiramos desde esa razón pequeña que nos hace sobrevivir. En la palabra dicha por el compañero, en la mirada del amigo y en unas simples creencias.
Pienso.
Quien no combate no sabe de la derrota. Explicar esto, la derrota al que nada sabe de ellas, es parte del trabajo. Asombrados, dolidos, enojados, tristes, desorientados y humillados, van por ahí las quejas y temores que asaltan esa parte tenue de nosotros.
Perder es parte de todo. Es un aprendizaje. Es quedarse solo y volver. Juntar pedazos y tratar de pegarlos.
No es fácil. Ni lindo ni nada. Solamente es, desde ahí uno retoma lo que se cortó. Desde ahí entiende uno que debe construir.
A veces, coincidimos con ese cielo de banderas, como decía el poeta. A veces nos toca recuperar la memoria y desde ahí, comenzar a pensar. el futuro está siempre detrás nuestro, el pasado en cambio, se encuentra enfrente, por eso lo vemos y lo modificamos y lo organizamos.




Desde el dolor y el odio, no se construye nada. el odio siempre es para los otros. Nosotros desde siempre, debemos volcarnos en la necesidad de pensar desde esa llanura en donde estamos. Ahí, congregarnos de nuevo en torno del fuego y reconstruir, paso a paso lo nuevo. Porque siempre nos toca despojarnos de lo viejo y desde ahí agrandar nuestros corazones.
Quien no pelea no sabe de la derrota.
Es en este volver a juntarnos, que dejamos cosas en el camino. Se quedan compañeros, amores, gestos en el camino. Sabemos de que trata todo esto. Ya lo hemos vivido, casi desde siempre. Pero siempre volvimos.
A lo mejor, como decían los soviéticos, una revolución demanda tres generaciones. A lo mejor van por ahí las pistas.
Este lento perfume que nos rodea, sabemos, proviene de la violencia a la que nos quieren llevar indefensos y confundidos. Viene de ese odio blanco, de ese rictus tan patronal, de esa lucha de clases al revés que los llena de desprecio.
Dijo las otras noches, que el que hace, el que toca intereses de clase, sabe que corre el riesgo de la condena. el hace sabe que del otro lado, no nos darán nada gratis.
Hablar. Desde ese dolor que se derrama, nos encierra, nos limita y nos empequeñece ante la jauría que viene por nosotros. Los todos, los que hoy mateamos en silencio y nos contamos nuestras cuitas. Entre los que abrigados por la esperanza de un futuro mejor, que empuja desde abajo, sabemos de justicias y también de injusticias.
El prontuario de la patria, nos explica de estos desiertos que recorremos. Quedaremos pocos, lo sabemos, pero es solo cuestión de esperar, de seguir luchando y de tener memoria.
LOMJE